La fotografía en la publicidad



En fotografía publicitaria la escena se construye según las necesidades, a diferencia de otros tipos de fotografía en donde el fotógrafo tiene que estar alerta para obtener la instantánea y sólo tiene una oportunidad. En publicidad, el fotógrafo puede hacer tantas tomas como hagan falta hasta obtener la imagen adecuada. Es decir, que la fotografía publicitaria no está comprometida con la realidad como lo hace la fotografía documental o de prensa, sino que se inspira en la realidad para terminar mostrándonos una realidad construida. Para ello, se vale de múltiples trucos, una serie de técnicas de iluminación y fotográficas con la finalidad de que las imágenes sean lo suficientemente atractivas para el consumidor como para influenciarle y provocar en él una decisión, la decisión de compra. Tanto con retoques como, por ejemplo, pintar la fruta para que dé los tonos deseados, como con retoques realizados en el ordenador, es posible modificar el aspecto de la fotografía y lograr composiciones perfectas.

En los anuncios, las fotografías atrapan la atención mediante la forma, el dibujo y el color, los cuales deben de ser llamativos lo suficiente como para crear el deseo de compra y, así, incrementar las ventas. De hecho, el efecto producido por un buen proyecto fotográfico depende de la atracción que ejerza sobre el espectador. Cualquiera que sea su mensaje, una fotografía publicitaria debe cumplir con las funciones de la fórmula “A.I.D.A “, cuyas siglas significan:

             1.– Llamar la atención hacia el mensaje
             2.– Despertar el interés hacia el producto o servicio
             3.– Crear el deseo de adquirir, usar o poseer el producto o servicio
             4.– Promover la acción de compra




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